San Francisco: una reconstrucción acertada

Por María Garcés M.

 San Francisco, ciudad y condado de San Francisco, es caracterizada hoy en día como “la ciudad donde se encuentra el Golden Gate”, pero es mucho más que un gran centro turístico: Su ubicación privilegiada en una gran península del océano Pacífico le otorgaron el rol de ciudad-puerto y fue durante muchos años el centro de intercambio marítimo y militar de la costa Oeste. Hoy en día es la ciudad más densa de California y la segunda a nivel nacional con una población de 7,15 millones de personas (región). Cuenta con una geografía notable de más de 50 cerros, alberga la mayor población asiática fuera de Asia, fue víctima del gran terremoto e incendio de 1906 y hoy día es la ciudad con mayor población homosexual del mundo.

 

Lo que poco se sabe es el ideal de ciudad-moderna europea que a principios del siglo 20 se quiso plasmar. Las ganancias recaudadas por la fiebre del oro a fines del siglo 19 y la precaria infraestructura disponible generaron un interés para convertir a San Francisco en el “París del Oeste”. De la mano de Daniel Burnham, célebre arquitecto y urbanista, quien ideó un plan para la ciudad el cual nunca se llevó a cabo aunque ciertos ideales y elementos aún se pueden identificar.

Las preguntas a hacer son: ¿fue muy ambicioso el plan de Burnham dado el contexto post-terremoto e incendio?

 

La fiebre del oro y el “boom” demográfico

Luego de que California y la ciudad de San Francisco se anexara a los EE.UU en el año 1848, comenzó a producirse un enorme crecimiento de población debido al fenómeno de la fiebre del oro que se dio principalmente en el Estado de California. Además, este crecimiento incorporó gran parte de inmigrantes desde todos lados del mundo que llegaban en busca de grandes fortunas. Una gran parte de chinos llegaron para trabajar en las minas de oro y se establecieron en lo que hoy es Chinatown. Este rápido crecimiento encontró a una ciudad retrasada en avances de infraestructura que no estaba lista para albergar el volumen de población. Gracias a las nuevas ganancias económicas, San Francisco rápidamente comenzó a expandirse y a invertir en infraestructura: los clásicos tranvías, hospitales públicos, sistema de aguas servidas, colegios municipales, parques y bibliotecas fueron construidos hacia fines de siglo.

El “París del Oeste” y el “City Beautiful” de Burnham

Como respuesta a las condiciones precarias de la ciudad a mediados de siglo, el alcalde de esa época James D. Phelan estaba interesado en transformar a San Francisco en el “París del Oeste”. Invitó al arquitecto Daniel Burnham, autor de los famosos Planes de Chicago (1893) y Washington D.C. (1901), y fuerte impulsor de los ideales del movimiento “City Beautiful”, a realizar un plan para la ciudad en el año 1904.

El movimiento de “City Beautiful” surge como respuesta al rápido crecimiento de ciudades, la fuerte inmigración y la degradación de las viviendas durante siglo 19. Además existe un deseo de incorporar elementos de arquitectura neo-clásicos de la escuela de Bellas Artes de ciudades europeas en las ciudades existentes en América. En otras palabras, consistía en “europeizar la grilla americana”. Algunos de estos elementos son grandes centros cívicos en el corazón de la ciudad, grandes bulevares diagonales, instituciones culturales, y una arquitectura pública que se mete en la grilla y barrios pre-existentes.

El Plan de San Francisco

El proyecto de Burnham para San Francisco era bastante ambicioso considerando las condiciones de esa época. Fue presentado al año siguiente y consistía en un gran centro cívico que irradiaba en grandes bulevares al estilo del París de Haussmann. Se proponía además un gran parque que comenzaba en el centro cívico y que se extendía hasta el Golden Gate Park.

En palabras del propio Burnham: «Debemos recordar que un plan escaso será inferior al logro perfecto, mientras que uno grande dará grandes resultados, aunque nunca se realice plenamente … Nuestro propósito por lo tanto, no debe parar en ninguna línea dentro de los límites de viabilidad. Nuestro alcance debe abarcar las posibilidades de desarrollo para los próximos cincuenta años.»

 Tragedia y una oportunidad deseable: Terremoto e incendio de 1906

Dos años después de la llegada de Burnham, la ciudad fue afectada por un fuerte terremoto de 7.8 grados en escala de Richter e inmediatamente devastado por una serie de incendios que arrasaron con el 80% de la ciudad: cerca de 28 mil edificios y dejando a 2/3 de la población sin vivienda. Fue una especie de “tabula rasa” que destruyó la mayor parte de la ciudad.

Quizás pueda considerarse una situación ideal para llevar a cabo el Plan de Burnham, no había necesidad de demoler nada para desarrollar sus propuestas. El problema surge a partir de los propios habitantes y comerciantes de la ciudad. Su único deseo era volver a trabajar lo antes posible y reconstruir la ciudad rápidamente. Por lo tanto, el Plan de Burnham fue descartado debido a sus altos costos, ya que el municipio debía expropiar grandes pedazos de tierra en un momento donde los fondos estaban destinados principalmente a la reconstrucción. Además, los mismos propietarios no estaban dispuestos a vender sus propiedades y esperar a que el proyecto se consolidara. De hecho, la reconstrucción se llevó a cabo sobre las líneas oficiales previas al terremoto. Aún así, se logró construir el gran centro cívico propuesto por Burnham donde se plasman todos los ideales del movimiento del City Beautiful, donde el City Hall es el edificio más característico.

Luego en 1915, San Francisco fue la sede de la Exposición de Panamá-Pacífico donde demostró estar completamente reconstruida y el sitio de la exposición albergó grandes edificios inspirados por el mismo movimiento. Éstos, fueron desarmados luego del término, pero hasta el día de hoy se mantiene en pie una parte del Palace of Fine Arts.

SPUR: San Francisco Planning & Urban Research Association

Si bien el masterplan de Burnham no vio la luz en su totalidad luego del devastador terremoto, en ese mismo período de tiempo, luego del desastroso incendio y terremoto surgieron iniciativas para hacer de San Francisco una ciudad más bella, mejor planificada y con viviendas de mejor calidad entre otros desafíos. La más notable es el SPUR que nace en 1910 (antes se llamaba San Francisco Housing Association) cuando un grupo de líderes jóvenes, preocupados por aumentar la calidad de las viviendas luego del terremoto e incendio, crean una especie de “think-tank”. A mediados del siglo 20, su objetivo principal era detener la expansión urbana promovida antes de la Segunda Guerra Mundial, y fortalecer el crecimiento del centro. Hasta el día de hoy se mantiene como una asociación sin fines de lucro que se dedica a analizar, investigar, educar, defender intereses y finalmente proponer soluciones a problemas urbanos de la ciudad. Hoy en día la organización cuenta con más de 4000 miembros que colaboran y participan de las distintas actividades.

¿Fue entonces, el plan de Burnham para San Francisco, muy ambicioso para la época en la cual se presentó? Está claro que los intereses de las autoridades y habitantes no estaban en crear una ciudad más moderna y bella, sino que en levantarla desde el suelo, volver a trabajar e intentar regresar a la normalidad. Probablemente la historia sería otra si el terremoto no hubiera ocurrido. San Francisco sería una ciudad de bulevares anchos, perspectivas monumentales y grandes espacios públicos. Creo que la ambición nunca es mala ya que aspirar a una ciudad ideal establece objetivos y desafíos. La creación del SPUR es un indicador de los verdaderos intereses de la población: mejorar la calidad de la vivienda en vez de llevar a cabo un masterplan que poco involucraba ésta preocupación, controlar los usos de suelo, preservación de monumentos, privilegiar la construcción de edificios de alta calidad arquitectónica, crear espacios públicos donde la comunidad se identifique, cuidar el frente marítimo y también una fuerte preocupación por la calidad antisísmica de los edificios. El hecho de que esta asociación continúe hasta el día de hoy, investigando, enseñando y defendiendo los intereses, habla de una comunidad participativa y preocupada de su ciudad.

En conclusión, San Francisco se puede caracterizar, luego de analizar ciertos momentos claves en su desarrollo urbano, como una ciudad involucrada y participativa de sus propios procesos urbanos, de su crecimiento y expansión y también intentar prevenir daños en caso de algún terremoto futuro. El haber descartado el masterplan de Burnham no fue un rechazo a descuidar la ciudad, sino, privilegiar los objetivos y la voluntad de los habitantes de reconstrucción en el contexto de esa época.

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