Paris

Por Juan Pablo Aguirre.

París, capital de Francia, es actualmente la quinta ciudad más grande de Europa con 2.243.833 habitantes hasta el año 2010. Es la más visitada del mundo con 42 millones de turistas extranjeros al año, y es el núcleo económico más importante de Europa junto a Londres. Desde sus inicios hasta la Edad Media ha sido considerada una de las principales y más influyentes ciudades de Europa. Su desarrollo en la literatura, arte y arquitectura ha traspasado fronteras, siendo un referente directo para el desarrollo de la cultura occidental.

Haciendo un recuento histórico del desarrollo urbano de esta ciudad, los primeros asentamientos datan del año 200 a.c por las tropas de Julio César en la Isla de la Cité. Desde sus inicios, París tuvo el río Sena como pieza clave en su composición urbana. En un comienzo se utilizaba como foso para proteger la ciudad y suministrar agua a sus habitantes (fig. 1), y ya a comienzos del primer milenio se comenzaron a desarrollar diferentes tecnologías que permitían el drenaje del río y el posterior cultivo de humedales. Al mismo tiempo, hubo también un importante desarrollo portuario y comercial al norte del Sena (fig. 2).

En 1180, debido a las cruzadas, Felipe Augusto ordenó la construcción de un muro circundante con un diámetro de 5 kilómetros que fuera capaz de proteger la ciudad y a sus habitantes (fig. 4). Además, se comenzaron a pavimentar las carreteras y gracias a la construcción de diversas fuentes de agua, el suministro de ésta fue mejorando y ampliando a más sectores de la ciudad.

Cuando Luis XIV asumió el poder de Francia en 1654, París sufrió diferentes intervenciones urbanas. Sucesos como el traslado de la corte real a Versalles y la obsolescencia de los muros como método de defensa debido al crecimiento de la ciudad,  desencadenaron la construcción de una gran avenida (actual Peripherique) (fig 5) y la construcción de la legendaria plaza Vendome y la Place des Victoires. Estos actos incentivaron la expansión de la ciudad hacia los suburbios, con ejes que conectaban los distintos sectores con el centro de la ciudad. Una de estas calles es la famosa Rue du Faubourg Saint Honoré.

 

Al mismo tiempo de este desarrollo urbano a lo largo de la historia, París ha estado siempre a la cabeza en cuanto a cambios sociales se refiere. Esto se debe principalmente al protagonismo que han tomado sus ciudadanos en las diferentes revueltas y manifestaciones. Tomando el control de las calles, han influenciado directamente en las decisiones monárquicas o gubernamentales que ha sufrido la ciudad. En temas urbanos, posiblemente una de las manifestaciones más trascendentales que han ocurrido fue la del 23 de febrero de 1848 en el Boulevard des Capucines, frente al Ministerio de Asuntos Exteriores. Se podría decir que este día es el inicio de una verdadera revolución, donde trabajadores, estudiantes, burgueses y pequeños propietarios salieron a la calle a exigir un mejor estatus de vida.

Hasta 1848 París sufría de problemas como el hambre, desempleo, miseria y descontento. Por otro lado, la estructura urbana medieval de la ciudad agravaba la situación, ya que consistía principalmente en un sistema de edificios con calles muy estrechas que generaba sobre todo un gran hacinamiento y problemas de higiene y salud en los habitantes. Por consecuencia, fueron los propios ciudadanos los protagonistas de los cambios, ya que no nacieron como una búsqueda por parte de los académicos e ilustrados de la época, sino de una necesidad urgente por parte de los parisienses.

La revolución de 1848 fue el primer paso para la construcción de una ciudad “moderna” como respuesta a estas nuevas necesidades. Frecuentemente se entiende por modernidad una ruptura radical con el pasado, donde éste se reniega, dejando así una tabla rasa sobre la cual se inscribe lo nuevo sin hacer referencia al pasado. Pero en palabras de David Harvey (actualmente profesor de antropología en la City University of New York) esto un mito errado. “La modernidad trata por ello de una –destrucción creativa-, ya sea moderada y democrática, o revolucionaria, traumática y autoritaria. A menudo es difícil decidir si la ruptura radical se encuentra en el estilo de hacer o de representar las cosas en diferentes escenarios, como la literatura o el arte, la planificación urbana y la organización industrial, la política y los modos de vida, o cualquiera otros ámbitos (…)”

La revolución de 1848 marcó un hito en el cambio urbano de París, pues hasta ese entonces la trama urbana de la ciudad se había conformado de acuerdo a una estrategia netamente militar, y temas de avanzada que planteaba el movimiento moderno comenzaron a influir directamente en los ajustes de la ciudad.

Luis Napoleón fue quien ordenó esta transformación urbana: “Abriremos nuevas calles y abriremos muchos barrios populares que carecen de luz y aire, de manera que el sol pueda penetrar en todos los rincones de la ciudad, de la misma manera que la luz de la verdad ilumina nuestros corazones”. Así es como Napoleón III coloca al Barón Haussmann para que encabece y desarrolle un nuevo plan urbano para París.

En 1853, Haussmann presenta un plan donde la línea recta, el suministro de agua y la anexión de los suburbios eran temas centrales. El plan de Haussmann fue un éxito.

La decisión de situar la nueva red ferroviaria al centro de París, claramente tomada por razones políticas y estratégicas, estaba en perfecta consonancia con el hecho de que París se había convertido en el principal mercado y centro industrial de la nación. La red ferroviaria pasó de 1.931 kilómetros en 1850 a 17.400 kilómetros en 1870, y el transporte público aumento de 36 millones de pasajeros en 1855 a 110 millones en 1860.

Haussmann fue radical para la escala en cual manejó el ensanche de la ciudad. Con la ayuda de nuevas tecnologías, fue capaz de pensar la ciudad como una totalidad en vez de pequeños proyectos individuales. Una de las principales estrategias fue derribar casas, edificios y pequeñas calles (con un permiso de expropiación forzosa), reemplazándolos por grandes avenidas y extensos jardines. El centro de París pasó de conformarse de pequeñas tiendas en los soportales a lo largo de calles estrechas y torcidas, a grandes almacenes en amplios bulevares, un ejemplo de esto son los edificios Les Halles de Baltard y El Palais de L’Industrie de Jean-Marie-Victor Viel.

Se consideró y se actuó sobre el espacio urbano como una totalidad en la que los diferentes barrios de la ciudad y las diferentes funciones de cada sector se ponían en relación unas con otras para formar una unidad de funcionamiento. Esta persistente preocupación por la totalidad del espacio urbano condujo al encarnizado empeño de Haussmann en incluir los suburbios dentro de la región metropolitana, para evitar que un desarrollo sin reglas amenazara el orden de crecimiento perimetral.

La construcción de 150 kilómetros de bulevares disminuyó considerablemente el costo y tiempo de desplazamiento dentro de la ciudad. Gracias a las mejoras en el transporte y telecomunicaciones, se incrementó la importación de productos de las afueras de la ciudad, liberando el mercado de la dependencia de proveedores locales. Las nuevas relaciones de poder entre comerciantes y proveedores y la aparición de grandes almacenes se debieron en gran medida a las nuevas relaciones espaciales de la ciudad. “Lo que quizá era la primera gran crisis del capitalismo, fue aparentemente superada mediante la aplicación a largo plazo de los excedentes de trabajo y capital, a la reorganización del sistema de transporte y comunicaciones”(David Harvey, París, capital de la modernidad).

El trazado de Haussmann fue también una estrategia para mantener el orden en la ciudad, ya que el aumento del ancho de las calles y la construcción de nuevas diagonales le permitía a la fuerza pública un mayor control de la ciudad.  El ensanche también permitió la instalación del nuevo alumbrado nocturno de gas y contribuía a la renovación del aire en vecindarios insalubres, además de la luz del sol durante el día. En suma, estos cambios daban paso a una nueva forma de habitar la ciudad, donde la calidad de vida aumentó considerablemente y la vida en el espacio público se volvió fundamental.

1848 fue el año en que se pensó por primera vez una ciudad moderna, pero no como una tabla rasa. Es necesario entonces entender como la ciudad se va articulando en el tiempo a partir de las necesidades de sus habitantes, sus tradiciones y sus ganas de vivir en un lugar mejor.

Es tal vez esta ruptura en la idea de ciudad la que debieran plantearse las ciudades como Santiago, atochadas y sin muchos espacios para el desarrollo cultural y social de sus habitantes. Donde se debe comenzar a entender la totalidad de la ciudad como una misma función, donde cada barrio aporte, dejando de lado el interés privado y primando por el bien en común.

Baudelaire, poeta francés de gran influencia en la época moderna, hace referencia a la visión de desarrollo y modernidad que muy bien captaron en la planificación de París de 1853: “Para poder enfrentarse al presente y crear el futuro, la tradición debe ser derrocada, violentamente si es necesario. Pero la pérdida de la tradición arranca el ancla de la esperanza de nuestro entendimiento y nos deja sin rumbo y sin fuerzas.”

Bibliografía:

Portada: Gustave Doré, 1860, (Haussmann estudia con detalle el mapa de la ciudad, mientras las carretas se llevan las viejas estructuras medievales entre la alegría de los trabajadores)

“París Rebelde, Guía política y turística de una ciudad”, Ignacio Ramonet y Ramón Chao, Editorial Debate, 2008

“París, capital de la modernidad”, Daid Harvey, Editorial Akal, 2006

“Arquitectura y urbanismo”, [en línea]. [15 de Octubre de 2014]. Disponible en la Web: http:// http://es.wikipedia.org/wiki/Par%C3%ADs

http://viaggi.michelin.it/web/destinazione/Francia-Parigi/storia-cultura/Storia#Urbanistica [15 de Octubre de 2014]

http://www.oldmapsofparis.com/ [15 de Octubre de 2014]

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4 respuestas a Paris

  1. Vicente Ebner dijo:

    Es interesante analizar como en el caso de París las reformas urbanas vinieron precedidas de movimientos sociales. Muy representativa es la frase de Napoleón III “Abriremos nuevas calles y abriremos muchos barrios populares que carecen de luz y aire, de manera que el sol pueda penetrar en todos los rincones de la ciudad, de la misma manera que la luz de la verdad ilumina nuestros corazones”. Para generar verdaderos cambios es necesario que la ciudanía exija participación y derechos. Así era antes y así será en un futuro. El caso de París resultó exitoso porque se tomaron medidas a nivel macro, para la ciudad completa. Una configuración que no dejó nada al azar y logró conjugar los distintos suburbios de la ciudad en un solo plan. Las necesarias exigencias ciudadanas en conjunto con medidas absolutas de transformación -sin dejar de lado lo preexistente-, fueron la fórmula para la que hoy en día es la ciudad con más turistas del mundo. En Santiago falta esto, medidas que involucren a toda la ciudad y no sólo a la comuna. Tomar decisiones a una escala macro que permitan mejorar la interconexión entre distintos barrios y así evitar la creciente segregación. Participación ciudadana, medidas transformadoras y decisiones a escala macro son un buen comienzo para replantear una ciudad.

  2. Felipe Faura dijo:

    Creo que la columna refleja y explica muy bien lo que es París hoy en día, y como se desarrolló a partir del plan de Haussmann. Me viene a la cabeza una vez nombrada la revolución de 1848, la obra los miserables y como la escenografía de esta misma representa las condiciones de los ciudadanos y burgueses de la época, en ese sentido la columna y la obra concuerdan mucho. La oscuridad de las calles, lo estrecho, lo insalubre, ese clima de angustia y desesperación, creo que aciertan y dan cuenta de que París también pasa por procesos negativos para ser lo que es hoy en día y no siempre se tiene que ver como la ciudad más bonita del mundo.

    Pero una vez hecho el plan de Haussmann, es evidente hasta hoy en día la magnitud de las intervenciones en la ciudad completa. Los ejes monumentales se diferencian claramente del entramado antiguo de la ciudad, y es la imagen que la representa hoy en día. Es típico ver y escuchar que la torre Eiffel se ve de todos lados, o el arco del triunfo si uno transita por cualquiera de las avenidas que llegan a la rotonda, siendo el bulevar de Champs Elysses el más representativo. También como esta esa imagen clásica de ir a una Boulangerie, o a un café donde se entiende mucho más el entramado antiguo de la ciudad, por que se ubican en calles estrechas que le dan esa atmósfera barrial.

    Concuerdo con lo que dicen ambos de que se tiene que pensar Santiago a nivel macro para las intervenciones y no fragmentado a nivel comunal, pero un plan como el de Haussmann para Santiago puede ser muy ambicioso y agresivo , por el hecho de que después de la intervención de Haussmann la ciudad se siguió desarrollando a partir de esto, y llegar pensar en un plan que cambie el desarrollo del la totalidad de una ciudad como Santiago es casi imposible, política y económicamente. París sigue siendo representada hoy en día a partir del Barón Haussmann, pero ahora después de más de 150 años de su implementación, el plan ya no da abastos. El problema de la congestión ya esta más que presente en la ciudad.

  3. Bárbara Wellmann dijo:

    Es increíble ver como la historia puede ayudarnos a entender cómo funciona una ciudad hoy en día. En el caso de Paris los hechos puntuales como la invasión de los romanos, las cruzadas, las guerra y revoluciones del siglo XX y entre otras nos han formado lo que es París hoy en día, una de las ciudades más lujosas del mundo y donde muchos quisieran vivir.
    Más que tomar como ejemplo al pie de la letra las medidas de Haussmann para las mejoras de las ciudades, que funcionó perfectamente bien, hay que quedarse con la esperanza de que la ciudad, con trabajo y planificación puede llegar ser diez veces mejor. Actualmente es un poco ingenuo decir que se podría aplicar un modelo de transformación de ciudad al estilo de Paris, especialmente porque ya no se cuenta con este tamaño de ciudad ni un poder político tan autoritario que permita la realización de un solo proyecto.
    Una medida que se aplicó en la ciudad de Medellín, como transformación de la ciudad a gran escala, es el PUI Plan de Urbanismo integral. Este masterplan, al igual que el de Haussmann pretendía recuperar la ciudad de malas condiciones, con mayor cantidad de espacios públicos, una mayor integración social se realizó mediante proyectos puntuales en ciertos sectores de la ciudad que se consideraban críticos. Estos sectores se incorporaron a una mejor red de transporte y se convirtieron en espacios públicos de calidad.
    “Medellín ha exportado grandes hitos de arquitectura social que suenan en el mundo entero: el paisaje del metrocable sobre morros escarpados que integra la vivienda de difícil acceso y obras de arquitectura en barrios vulnerables como la biblioteca Parque España de Mazzanti son los nuevos íconos en la postal que indican una ciudad en transformación”.(1)
    Mi intención de ejemplificar a Medellín como recuperación de una ciudad no es desmerecer a las medidas que se tomaron en Paris, por el contrario, pero si me parece que los ejecutado por el PUI en Medellín es más realista e imitable por las ciudades chilenas como Santiago y Valparaíso.
    (1) http://www.plataformaurbana.cl/archive/2012/01/09/como-hacer-ciudad-el-modelo-medellin/

  4. Macarena Aspillaga dijo:

    Resulta muy llamativo lo determinante que ha sido el pueblo parisino en el desarrollo de su ciudad. Las revoluciones sociales en Francia están lejos de formar parte del pasado, aún hoy siguen rigiendo los grandes cambios urbanísticos. Si bien París podría considerarse una ciudad en gran medida inclusiva económicamente, es una metrópolis que ha tenido muchos problemas para incluir a los inmigrantes dentro de su sistema social.

    “Muchos observadores creen que la segregación de los inmigrantes en Francia se ha intensificado durante las últimas décadas. Los altos niveles de segregación espacial, e incluso la aparición de guetos pueden impedir la integración de las minorías inmigrantes en la sociedad, lo que provoca comunidades fragmentadas.” (1)

    Entre los más significativos se encuentran africanos de diversos lugares como Argelia o Costa de Marfil, además de árabes y judíos. Todos ellos agrupados en comunidades sumamente pobres y que se han ido situando en los suburbios parisinos. Lo cierto es que actualmente, muchos de estos grupos se han vuelto violentos, protagonizando sucesos como la quema de vehículos de 2005, donde expresan su repudio hacia la manera en que son tratados por sus conciudadanos. Por estos días son ellos los actores de los cambios sociales, ellos están exigiendo, tal como ha sucedido en el pasado, respuestas por parte de las autoridades.

    Los casos latinoamericanos de revueltas sociales y protestas (como en Brasil y Chile) van en aumento. Formamos parte de una sociedad despertando a exigir grandes cambios, y creo que las medidas de nuestros gobiernos deben responder acorde a las necesidades reales, interviniendo las ciudades ni más ni menos “violentamente” de lo que sea necesario.

    (1) PAN KÉ SHON, Jean-Louis, “Forty years of immigrant segregation in France, 1968–2007. How different is the new immigration?”, Laboratoire de sociologie quantitative, LSQ-CREST, France, 2014.

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