Madrid, entre urgencias y certezas

Madrid_imagenPor Lorena Fernández.

Madrid se ubica en la península ibérica, precisamente en el centro de esta, y siendo la capital de España es además la ciudad más poblada del país. Esta importancia tanto política administrativa como demográfica se puede observar desde comienzos de su historia, y con mayor énfasis a partir de la ocupación cristiana a comienzos del siglo XI, y es una característica que se ha mantenido y resguardado a través de distintas medidas a lo largo de los años. 

La historia de la ciudad de Madrid se remonta al siglo IX, periodo durante el cual fue ocupado por los musulmanes, y donde el emir de Córdoba, Muhamad I, manda a construir una fortaleza junto al río Manzanares, que además de cumplir un rol defensivo de posibles ataques cristianos, ya que resguardaba el acceso norte hacia la capital del reino visigodo, Toledo, era el punto de partida de las incursiones musulmanas hacia los reinos del norte. Dentro del muro que acordonaba la Almudena se podían diferenciar tres áreas: al norte, el castillo; al centro, un espacio vacío a modo de campo de maniobras, que es la actual Plaza de la Armerías; y al sur, la «almudayna” o pequeña ciudad.

 

A pesar de estos resguardos, Madrid es tomada por las fuerzas cristianas a comienzos del siglo XI, y bajo este nuevo periodo Alfonso XI lo formaliza como municipio, para posteriormente realizar un ensanche de los antiguos limites de la fortaleza. Durante todo este periodo la ciudad fue creciendo lenta pero constantemente, lo que junto a la construcción de edificios parroquiales, ayudó a consolidar los barrios a situados al oriente de la Almudena.

En el siglo XVI, Felipe II transforma la Villa en Capital de la nación, y en 1561 se designa como primera sede permanente de la Corte a la ciudad de Madrid. Esto, además de producir un notable crecimiento demográfico, se tradujo en un urbanismo de emergencia, que se vio reflejado en las “casa a la malicia”, casas de un único piso aparente, para así burlar la obligación que tenían los propietarios de casas de dos plantas a albergar en ellas a un noble. Este crecimiento rápido y desordenado de Madrid se debió a la instalación de la Corte, que atrajo a gran cantidad de nobles, burócratas, funcionarios, comerciantes, artesanos y  una gran cantidad de religiosos, cuyos conventos y colegios acabaron convirtiendo la población de Madrid en una ciudad-convento.

En 1625, Felipe IV derriba la muralla de la ciudad, ya sobrepasada y edifica la que será la última muralla de Madrid. Esta muro, además de contribuir con fondos para el reino, debido al impuesto de portazgo, pretendía contener el crecimiento urbano. La circulación interna de esta ciudad estuvo regulada por una serie de arterias principales que, partiendo de la Puerta del Sol o de puntos cercanos al casco medieval, conducían en líneas rectas a los puntos más alejados de la ciudad.

En el siglo XVII, Madrid seguía siendo una ciudad desordenada y hacinada, con edificios muy humildes, que carecía de servicios urbanos, como el empedrado de las calles o el alcantarillado, y que tampoco ofrecía al visitante grandes edificios ni avenidas como las arterias barrocas de ciertas ciudades europeas.

Para resolver los problemas de hacinamiento en la ciudad, se generaron distintos intentos de planificación por parte de Medizabal y Melo, que se ven reflejados en el plan de crecimiento urbano de Carlos María de Castro de 1850, que constaba de un eje norte sur y unas rondas, que pretendían absorber los crecimientos progresivos de Madrid. Definía tres grandes áreas: casco antiguo, ensanche y zonas de extrarradio, se proponía consolidar el casco antiguo sin reformas de infraestructura urbana, invertir en los nuevos barrios como Salamanca, Argüelles y Los Jerónimos, y adquirir grandes reservas urbanas en el extrarradio.

En 1860 se derriba la muralla de Felipe IV y la ciudad puede expandirse, en principio de una forma ordenada, gracias al plan Castro y la realización de los ensanches. Se establece un moderno sistema de abastecimiento de aguas, el Canal de Isabel II, y se establece la comunicación por ferrocarril que convertirá a Madrid en el centro de la red radial de comunicaciones.

Arturo Soria publicó en 1882 la Ciudad Lineal, que fue una propuesta teórica que exponía la necesidad de la organización de la ciudad moderna en torno a la linealidad que impone el eje de trasporte colectivo, como columna vertebral de una banda urbana, acompañada a ambos lados de vivienda de baja densidad y acompañada de áreas verdes, y albergaba tanto las ideas funcionales de circulación, como las ideas naturalistas e higienistas de la época. Esta Ciudad Lineal propuesta se inscribía de manera perpendicular al plan de Castro, por los que a falta de técnicas de intervención fue desechada en los procesos de desarrollo posteriores.

En los años 40 se desarrolla un plan de crecimiento urbano, que viene a reemplazar el antiguo plan de ensanche de Castro que operaba hasta ese momento. La industrialización se trata como el objetivo político prioritario, lo que exige un plan urbanístico para guiar el gran desarrollo que se prevee para la ciudad. El plan propone una organización general de carácter territorial, como completar núcleo histórico, rodearlo de un anillo de espacios verdes y una vía de trafico rápido, y, por otra parte, habla de una clara intención de fragmentar la ciudad en unidades diferenciadas, para evitar la uniformidad, donde Madrid quedaría dividido en diez distritos.

Desde finales del siglo XIX, el centro histórico sufrió alteraciones puntuales de cierta importancia, siendo la intervención más significativa la apertura de la Gran Vía. Ya desde mediados del siglo se venía pensando en la apertura de una vía que comunicara el noroeste y el centro de la ciudad y facilitara el tránsito por el entramado de callejuelas que conformaban el centro histórico de la ciudad, abriéndolas así hacia el ensanche proyectado por Castro. Esta sería una de las mayores intervenciones urbanísticas del Madrid de la época. Con ella se lograría, según constaba en el proyecto, la comunicación directa entre los barrios de Argüelles y Salamanca; la descongestión de la Puerta del Sol; la desaparición de todo un cúmulo de calles estrechas y antihigiénicas y un más cómodo enlace entre las estaciones de Atocha y Príncipe Pío.

En la historia urbana de Madrid se pueden reconocer distintos actitudes frente a los requerimientos de la ciudad misma, pues si bien hubo momentos en que tomaron control del desarrollo de la ciudad, como es el caso de la última fortificación para contener la expansión de la ciudad, o bien el plan de crecimiento urbano desarrollado por Castro previendo un posible crecimiento en el futuro, hubo otros momentos en los que no quedó más remedio que hacerle frente a acontecimientos como el explosivo crecimiento demográfico a causa del establecimiento de la Corte en Madrid. Este vaivén entre la planificación anticipada y el urbanismo de emergencia permiten reconocer hoy en día una ciudad donde los trazados más antiguos conviven con las intervenciones más recientes, dándole una identidad e historia fácilmente reconocibles en las calles y edificaciones de la ciudad.

 

Bibliografía

De Terán, Fernando. Historia del Urbanismo en España III: Siglos XIX y XX. Madrid: Ediciones Cátedra, 1999

Fernández Alba, Antonio; Gavira, Carmen. Crónicas del Espacio Perdido: La Destrucción de la Ciudad en España 1960-1980. Madrid: Centro de Publicaciones Secretaria General Técnica Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, 1986.

Bonet Correa, Antonio. El Urbanismo en España e Hispanoamérica. Madrid: Ediciones Cátedra, 1991.

Chueca Goitia, Fernando. Breve Historia del Urbanismo. Madrid: Alianza Editorial, 1998.

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3 respuestas a Madrid, entre urgencias y certezas

  1. Andrea Urbina dijo:

    Llama la atención el desarrollo histórico y urbano que ha tenido la ciudad de Madrid, sobre todo por los siglos de historia que tiene y los múltiples procesos por los que ha vivido. Sin lugar a dudas Madrid ha logrado tomar control sobre el desarrollo urbano, buscando en diferentes periodos soluciones a este problema. Hoy en día Madrid no se queda atrás, y quisiera destacar una de las grandes fortalezas de esta ciudad que creo que han ayudado a que se encuentre entre las mejores ciudades para vivir.

    En el año 1983 fue creada la Comunidad Autónoma de Madrid (CAM) con la misma situación jurídica y política que las otras 17 regiones españolas. Una de las grandes ventajas que tiene la CAM es que funciona de manera integrada por una única provincia y sus principales recursos provienen desde impuestos regionales y nacionales además de contar con recursos provenientes del gobierno central. Dentro de la CAM existen 179 municipios a su cargo y está administrada por un concejo regional, de los cuales entre sus miembros se elige un presidente. Sus principales responsabilidades se encuentran en el transporte e infraestructura, educación, salud, planificación, desarrollo económico, medio ambiente, cultura e investigación.

    Destaco la creación de la CAM, porque es de las grandes decisiones que tomo Madrid para convertirse hoy en día en un organismo integrado. La clave de su funcionamiento fue la unión de los distintos municipios y la cesión de sus competencias a un ente único, que hacen que la ciudad pueda desarrollarse de manera integrada ante todos los ámbitos que la involucran. La creación de una autoridad mayor como la CAM genera que la ciudad se vea como un todo y no como miles de municipios por separados. Este es un gran ejemplo para Chile dado que urge en sus grandes ciudades contar con un organismo que pueda desarrollar la planificación, gestión e inversión de la ciudad como lo haría una autoridad metropolitana.

  2. Antonia Medina dijo:

    Es impresionante constatar que incluso una ciudad grande, antigua, consolidada y planificada como Madrid no escapa a problemas derivados de desacuerdos políticos, como la crisis que puede causar la no recolección de basura.

    Hace dos semanas aproximadamente, estalló el conflicto entre el Ayuntamiento y las empresas privadas que proveen los servicios de de limpieza a Madrid. Esto sucedió debido al plan de la Alcaldesa, Ana Botella, de reducir los costos y mejorar la gestión de los servicios municipales. Esto desembocó, por múltiples causas, en el despido de más de 1000 trabajadores, lo que causó la huelga que tiene la ciudad tapada de basura hasta el día de hoy. Han pasado 11 días y el conflicto aún no se resuelve, lo que ya está empezando a provocar otros mucho más difíciles de controlar, como la posibilidad de emergencias sanitarias, brotes de enfermedades y congestión vehicular. Pero el peor es el daño causado a la imagen internacional de Madrid, ya que hoy en día, una de las principales fuentes de ingresos de una ciudad es el turismo. Un hecho como este ataca directamente la imagen atractiva de ciudad que Madrid ha tratado de construir hasta ahora.

    Algunos ciudadanos han tratado de tomar el asunto en sus manos, recolectando firmas par a que el Ejército se haga cargo del problema. Esto reafirma lo señalado en la columna, ya que la planificación anticipada (el fallido plan de la alcaldesa) convive hoy en Madrid con el urbanismo de emergencia (las soluciones propuestas) en una relación que evoluciona continuamente.

    Les dejo el link de algunas noticias:
    http://www.elmundo.es/madrid/2013/11/08/527d1b3368434198488b4573.html
    http://politica.elpais.com/politica/2013/11/12/actualidad/1384289740_283439.html

  3. Paula Andrade dijo:

    Madrid, como buena capital europea transmite historia a través de sus calles. Su mapa es una huella que se remonta hasta el siglo IX y que ha mutado a través del tiempo gracias a sus necesidades y su proyección.

    Musulmanes y católicos, moros y cristianos han sido los causantes de la transformación de la ciudad, pasando de las manos de unos a otros, esta ha logrado crear una identidad propia y ha logrado sostenerse en el tiempo.

    La capacidad de afrontar las necesidades de su población mezclada con la convicción de crear una ciudad que afronte los deseos futuros de sus ciudadanos es solo comparable con la dualidad intrínseca de Madrid. Una ciudad con las raíces en la historia antigua y que avanza hacia el futuro con proyectos acorde a los tiempos.

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