Vitacura Estática

Por Catalina Poblete C.

En el año 2009 el Municipio de Vitacura realizó el plebiscito comunal¬, en el cual se consultó a los vecinos por cambios en la regulación de usos de suelo y alturas de tres sectores de la comuna: Kennedy Oriente, Escrivá de Balaguer Oriente y Alonso de Córdova/Nueva Costanera.

El plebiscito fue fundamental puesto que sentó un precedente para el país, en el sentido de ser el primer plebiscito comunal sobre materias urbanas y de ciudad. El resultado fue sin embargo la desaprobación de los cambios en el plan regulador, y en consecuencia, todavía no hay solución al deterioro y despoblamiento de los barrios en cuestión, que el plebiscito pretendía revertir.

¿Qué pasa cuando una decisión democrática nos lleva al «no plan»?

Lo primero que debemos hacer es preguntarnos si el plebiscito es la herramienta adecuada, y si existen otros mecanismos de participación, más eficientes e inclusivos para el diseño urbano.

Luego debemos preguntarnos si una comuna está en condiciones de no tener una política urbana clara y que considere la evolución, al menos como un tema de discusión a mediano y largo plazo. Esto es necesario para que llegado un determinado momento, se esté adecuadamente preparado.

El proyecto propuesto por el equipo de la municipalidad buscaba responder a la transformación de una comuna periférica, principalmente habitacional, en una comuna de paso hacia lugares más alejados del centro.

Habría que recordar que la decisión de realizar una consulta ciudadana fue tomada una vez que el proyecto ya estaba definido, por lo tanto, no hubo real participación de la comunidad. Sin la posibilidad de informarse de aquello que se estaba planeando y de lo que se proponía, los vecinos fueron llamados a votar, y al parecer ante la duda prefirieron abstenerse. La negativa a las propuestas dejó un vacío, puesto que no hubo soluciones para los sectores afectados. Ahora la situación ha empeorado, por ejemplo el despoblamiento en el sector de Escrivá de Balaguer Oriente, frente a la promesa de la costanera sur es cada vez mayor y mientras exista una la incertidumbre, esto no se va a revertir.

Más allá de si el proyecto era bueno o malo, el plebiscito en función de un sí o un no fue la herramienta equivocada para la definición de usos de suelo y alturas. Este mecanismo podría funcionar si es que en lugar de proponer una alternativa para ser aprobada o rechazada, se propusieran líneas de trabajo y proyectos diferentes, y así la gente pudiera elegir lo que les parece para su comuna. Los ciudadanos somos más bien reacios a los cambios cuando los resultados son desconocidos, es por esto que la pregunta no puede ser un sí o un no, sino más bien un «como».

Otro requisito para obtener resultados constructivos, es consultar a los vecinos antes y durante el desarrollo de las propuestas en talleres de participación ciudadana. En estas instancias se pueden ir discutiendo una a una las decisiones de diseño, incluyendo las inquietudes y preocupaciones de los habitantes.

Lo más criticable es que cuando todavía se podría revertir una situación como lo que ocurrió en Santiago Centro, se prefiera olvidar y esperar hasta que reviente. Es comprensible que los vecinos quieran mantener el barrio, al que llegaron 25 años atrás, tal como está, pero esto no es viable con el crecimiento que está teniendo hoy la ciudad de Santiago y deben proponerse soluciones integrales con urgencia.

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9 respuestas a Vitacura Estática

  1. Josefina Feuerhake dijo:

    Durante mucho tiempo algunos de los vecinos de la comuna estuvieron tratando de impedir que se aprobaran las modificaciones al plan regulador sin ser escuchados por las autoridades. Entonces tuvieron que recolectar firmas para convocar a un plebiscito, y una vez obtenido el permiso para el plebiscito, debieron informar al resto de los vecinos de la comuna sobre las modificaciones al plan regulador y qué significaban las opciones «sí» y «no» en un plazo de dos semanas. Finalmente la gente votó desinformada, y es posible que si se hiciera el plebiscito hoy, los resultados serían muy diferentes.
    Independiente de los resultados del plebiscito, me parece importante destacar que la ciudadanía se movilizó por una causa que creía justa, y logró imponerse, en un evento único en Chile.

  2. Josefina Anguita dijo:

    Creo que la opción de realizar un plebiscito para aprobar o rechazar un nuevo plan urbano en una comuna, es una buena herramienta. Pero concuerdo con Catalina y Josefina que no es suficiente, y no cumple con la finalidad buscada, ya que las personas al no ser informadas, y no formar parte del desarrollo del nuevo plan, no pueden votar según lo que piensan, solo votan con miedo al cambio. ¿Cómo estar de acuerdo o en desacuerdo con algo, si no se sabe de qué se trata?
    El diseño participativo debería comenzar a ser parte de todo nuevo plan urbano, junto con un posterior plebiscito. Son las personas las que habitan esas comunas las que van a sufrir los cambios, no los que lo proyecten, por lo que la opinión y observaciones de los habitantes es la más importante.

  3. María Jesús Alamos dijo:

    Creo que la idea de hacer que la población participe en el diseño urbano es excelente pero al mismo tiempo un poco idílica. ¿Qué porcentaje de los habitantes de Vitacura hubiesen participado en taller de diseño para modificar su comuna y adaptarla a los cambios que está viviendo? Lo ideal sería que todos, de manera que al momento de hacer plebiscito el voto sea informado y con participación directa en el proyecto. Pero la verdad de las cosas es que no todos los hombres son iguales y sólo un pequeño porcentaje de habitantes tiene tiempo y ganas de participar de dichas instancias participativas.
    Sin embargo, estoy absolutamente de acuerdo que un cambio grande se debe hacer para que los habitantes estén al tanto de los proyectos planteados, que entiendan las razones por la que se plantea un cambio y se les informe del diagnóstico que se tiene para el futuro del barrio.
    Si efectivamente los talleres no informan a toda la población, el único otro camino que tenemos para que conozcan lo propuesto es a través de publicidad, pero publicidad INFORMATIVA.
    Me ha llamado siempre la atención, sobre todo en el caso mencionado en el artículo como en las elecciones políticas, la poca información que se entrega en los carteles de publicidad cuando hay un voto por detrás. Los políticos no hacen más que poner una fotografía de su cara y su nombre, nunca una idea o un proyecto base. Las campañas por cambios sólo dicen «apoyo» o «dile no» o lemas como tal que poco y nada dicen al habitante, sólo generan duda si es que no se está informado del tema.
    Entendamos algo, el hombre en general es flojo y quiere todo de manera fácil. Si queremos que el voto sea informado, informemos fácilmente, no demos por hecho que todos investigarán antes de votar.

  4. Josefina Feuerhake dijo:

    Me parece importante lo que plantea María José. Es realmente impresionante y preocupante el hecho de que los carteles propagandísticos sólo muestren la cara del candidato, acompañado por alguna autoridad de prestigio, y coronado con una frase cliché. Los ciudadanos terminamos votando por caras y no por ideas o proyectos. Y es así como salen electos candidatos cuyas ideas desconocemos, pero sin embargo, le entregamos el poder de ejecutarlas.
    Debiera exigirse a los candidatos que su propaganda consistiera en dar a conocer sus proyectos, las ideas que tienen para trabajar por la comuna, ciudad, región, o país, y no tanto en sus fotos retocadas, con sus nombres (de preferencia acortados) de colores y en tipografías atractivas.
    De esa forma los plebiscitos como el de Vitacura serían innecesarios.

  5. Juan Cristóbal Donoso dijo:

    Debo decir que estoy en completo acuerdo con Catalina. Se trata de una de las comunas con mayor poder adquisitivo de Santiago, en donde la evolución, desarrollo, poblamiento y densidad son temas que están sobre la mesa. Vitacura se considera la comuna «de moda» para la clase más acomodada, principalmente por el carácter de barrio, su escala y ubicación dentro de la ciudad. Pero al minuto de tomar decisiones, son pocos los que se pronuncian con el fin de mantener lo que hay hoy. Es importante que todos tengamos conciencia de que la ciudad cambia, crece y se densifica, debemos tolerar dichos cambios y participar con IDEAS Y FUNDAMENTO para proponer una comuna mejor. El caso del plebiscito de Vitacura no fue sinónimo de éxito, debido a que no se logró cambiar nada, pero si los mismos habitantes pudieran participar activamente durante un PROCESO sería mucho mejor que sólo decir «sí» o «no» ante un proyecto puntual.

  6. El tema que toca María Jesús es muy relevante. En primer lugar, si se quiere hacer un plebiscito, es necesario informar a la gente sobre lo que se esta votando, además como ella dice, debe ser acompañado de una participación posterior en lo que de verdad se quiere hacer, si no, esta forma de democracia no tiene ningún sentido, ni nos lleva a ningún tipo de solución.
    Creo muy pertinente el tema de las elecciones municipales, donde pasa exactamente lo mismo, en parte la abstinencia de votar el día de las elecciones municipales, no se debió a que la gente de verdad no quiera votar, si no que la «publicidad electoral» nos invitaba a votar por la cara más bonita y no por un plan o un proyecto, si uno quería y se interesaba, debía investigar para saber que proponía cada uno. Pero los carteles y palomas repartidas por todo Chile, no mostraban más que caras y un slogan que no informan en lo más mínimo.
    Si queremos que la gente se interese, hay que informarla, porque de otra forma, todos terminamos siendo influenciados por lo que nos cuenta el de al lado y no por la verdadera información.

  7. Constanza Cabezas dijo:

    El artículo habla de un tema bastante contingente a la luz de las últimas elecciones políticas, que es saber como y cuando involucrar a los habitantes en la toma de decisiones con respecto a un cambio y como generar el interés debido para una participación informada y voluntaria, pero además saca a luz otros 2 temas relevantes.

    Lo primero a destacar es que es que en Chile se han desarrollado cuatro plebiscitos comunales. Tres convocados por el alcalde con aprobación del concejo municipal (Las Condes 1994, Zapallar 2003 y Peñalolén 2011) y uno convocado por iniciativa ciudadana (Vitacura 2009). Más allá de si fue lo mejor para la comuna la negativa de los vecinos al cambio, creo que no es menor el hecho que a partir de la voluntad de los vecinos se haya logrado intervenir en un plan que estaba destinado a realizarse si no fuera por la acción de un grupo de vecinos informados. Por lo general es muy poca la incidencia que tienen los habitantes en la toma de decisiones en el desarrollo de la ciudad, pero hoy en día nos estamos transformando en una cultura que se atreve a pedir lo que cree es lo mejor para nosotros, en educación, en política y en materia urbana. Este cambio de mentalidad no puede ser ignorado por las autoridades, y es urgente que se integre este ímpetu de la ciudadanía por participar. Las autoridades deben ser capaces de canalizar de la mejor manera la opinión de los habitantes dentro del plan de desarrollo.

    Lo segundo es ¿Qué pasa 2 o 3 años después de un plebiscito?. Viendo ya con cierta distancia los resultados de lo que ocurrió en Vitacura, es necesario evaluar no sólo, Cuándo es más pertinente involucrar a la ciudadanía, sino también Cuáles son los pasos posteriores a un proceso de participación pública. ¿Se realizan modificaciones y se llama a un segundo proceso?, ¿Si el resultado es negativo, simplemente no se lleva a cabo el plan ó a lo mejor el plebiscito tranza sólo algunos puntos y existen otros que sí o sí se llevan a cabo -considerando que son expertos en la materia quienes los proyectan-?

    Todas estas son preguntas que quedan abiertas o ser respondidas, esperemos un futuro cercano.

  8. Si bien como extranjero que vivió en un tipo de ciudad muy distinto, aplaudo la distribución geo-política de las comunas Santiago, pero éste es uno de esos casos donde la concepción de “Comuna” hace daño. Primero y principal diseñar un plan regulador de sólo una comuna no da una dirección o ideal a la ciudad de Santiago, creando sectores problemáticos en los momentos en que dos comunas se encuentran territorialmente. Segundo y más acorde con la discusión, el rediseñar ciertos sectores de una comuna no sólo afectan a la comuna en sí misma, sino que al formar parte de un sistema mucho más grandes como lo es la ciudad, tiene repercusión en el resto del territorio. Pretender mantener un barrio exactamente igual a través de los años es ridículo, la ciudad como un sistema de relaciones vivo se transforma y responde a las inquietudes y necesidades de los ciudadanos. El hecho que un sector se mantenga con bajas alturas permanentemente sólo estimulará a sector aledaños a densificarse o expandirse, provocando el crecimiento de la ciudad hacia la periferia. No digo que en el caso de Vitacura debió efectivamente aplicarse el Plan Regulador propuesto, pero sí que la planificación de una ciudad no puede verse con lupa en cada barrio o comuna sino establecer una dirección e ideal de ciudad que sirva de referencia al desarrollo de la misma.

  9. Felipe Ruiz-Tagle Cruzat dijo:

    La participación ciudadana es una política que debe estar en la agenda de las comunas pero se convierte en un arma de doble filo, si bien la gente de la comuna tiene el derecho a opinar sobre lo que se hace en la comuna, existen materias en las que su opinión, sobre todo si es desinformada, puede responder a instintos emocionales de aversión a un cambio en la comuna o bien por falta de conocimiento en la materia que se trata. Las modificaciones a un plan regulador, deben ser estudiadas con mucha detención por las personas que se encuentran capacitadas, tienen los estudios y la experiencia para hacerlo, de ser esta intervención necesaria, ahí se pueden presentar opciones y dejar que los comuneros manifiesten su opinión sobre estas opciones ya sea a través de un plebiscito o talleres de participación comunal. Si bien uno tiende a pensar que la participación ciudadana es buena para la comuna, no puede transformarse en un instrumento de opresión a las políticas publicas que se realizan en una comuna, sino vivirían entrampadas las municipalidades realizando votaciones para cada una de las decisiones que deben tomarse. Siempre existen decisiones que podrían no agradar a todos los habitantes de la comuna, pero que deben tomarse. La participación ciudadana es muy importante pero debe realizarse de una manera acorde con el desarrollo de la comuna, en este caso especifico, si bien encuentro positiva la intervención de los comuneros, encuentro que la falta de información al momento del plebiscito jugo en contra de una intervención que podría haber sido necesaria para la comuna, por lo que en el futuro debería tratarse con mas cuidado.

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